domingo, 6 de noviembre de 2016

¿Eres feliz?

     Habitualmente se hace esta pregunta en nuestra sociedad: “¿eres feliz?”. Constantemente nos lo planteamos, nos preguntamos si llegaremos a sentir una felicidad plena, o nos engañamos a nosotros mismos afirmando que sí, que somos felices y que nada ni nadie puede hacer que cambiemos nuestra forma de sentirnos. 

     En mi opinión, formular la felicidad como un estado emocional continuo que todos hemos de alcanzar y del que no debemos huir una vez logremos sentirlo es una trampa que todos los seres humanos nos tendemos a nosotros mismos en algún momento de nuestra vida. Si entendemos la felicidad de esta forma deberíamos asumir que existe una tristeza igualmente duradera, pero no se suele preguntar si se es triste, sino si se está triste. Si la gente se plantea si se puede ser feliz, ¿por qué no se pregunta si se puede ser triste siempre, asumiendo la tristeza como un estado emocional perpetuo? 

     Deberíamos entender que al igual que hay momentos de tristeza, hay momentos de felicidad. Que no somos felices, sino que estamos felices en determinados momentos de nuestra vida. Esto nos ayudaría a comprender mejor cómo funciona nuestra mente emocional y a no ansiar una felicidad superior e inmutable que probablemente nunca lleguemos a sentir de forma completa, ya que siempre hay situaciones de dificultad y tristeza en las que hemos de detenernos tanto como en las agradables. Cuando aprendamos a abrazar nuestra tristeza en igual medida que nuestra felicidad seremos capaces de apreciar realmente los momentos de júbilo, bellos y esplendorosos, que la vida nos regala.